Camino entre una niebla dorada, puedo oír el eco de mis pasos, del viento, su murmullo, el eco del silencio, y yo aparezco en la prisión donde esta mi hijo, y quiero entrar pero no puedo, oigo el lamento de cuantos están encerrados allí, las grietas de los muros supuran sus lágrimas y estas se derraman por doquier,yo lloro por todos los que están ahí encerrados, sus almas sobrevuelan el entorno, unas muy oscuras, otras llenas de luz. SON "LOS OLVIDADOS".
Ha sido un sueño, pero un sueño muy vívido, muy real, mis mejillas están todas mojadas del agua que ha salido de mis ojos, unos ojos turbios de tanto llorar. Y es que he llorado tanto desde que mi hijo esta en prisión, he llorado con desconsuelo, con angustia, con temor y con amor.
El amor que siento por mi hijo, ahora un amor lleno de luz, una luz que se expande por todas las orillas que hay a mi alrededor y dentro de mi, la oscuridad ha desaparecido,es como una canción bella que penetra hasta mi alma dolida por los acontecimientos de los últimos años, pero ahora si, hijo mio, pronto te tendré entre mis brazos, para acunarte como cuando eras pequeño, y contándote cuentos mientras te dormías, al son de mi voz. La voz infinita del amor de una madre como muchas otras, que camina entre la niebla dorada escuchando el eco de sus pasos, de sus pensamientos, envueltos en lágrimas muchas veces de desesperación amarga como lo mas amargo que pueda existir, pero ahora te puedo decir hijo mio que pronto te tendré junto a mi corazón, bueno siempre has estado ahí, pero podre acariciar tu pelo todos los días y darte ese beso de buenas noches como yo deseo, y que me regales tu sonrisa y me mires con tus bellos ojos azul-verdosos como la mar en calma, y llenos e dulzura, mi niño pequeño, mi niño del alma.Hasta la próxima mi amor.te quiero hijo.
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